El Espíritu Santo, el Señor y dador de vida, es quien nos hace vivir en el Amor de Dios, quien nos da sus dones, quien lleva la iniciativa, quien nos hace sentir que Él nos amó primero, quien nos lleva de la mano, quien nos va explicando el camino a través de las personas, con palabras humanas, con parábolas de las cosas que vivimos cada día y según cada uno va comprendiendo.
La vida de Dios-con-nosotros no es cuestión de ideas, sino de amor: de luz y calor en el corazón. Jesús no es un libro que enseña y te habla, es el Hijo Amado del Padre, la prueba de que te ama incondicionalmente y con locura.
Cuando te duela la vida y no comprendas lo que pasa, cuéntale todo con mucho amor a tu Padre del cielo y espera sin dudar que te responda. Espera cantando bajito esta canción al oído del Señor, y ya verás lo que pasa: “Tú palabra me da vida, confío en Tí, Señor. Tu Palabra es eterna en ella esperaré”.
Joaquín E. Urbano